Rostro de uso múltiple, 2009
Este proyecto se realizó con el apoyo del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes, Puebla.
Consistió en entregar una tela impresa con serigrafía la imagen de mi rostro, con una medida de 55 x 70 cm a once diferentes personas que supieran alguna técnica de bordado, amas de casa, amigas, conocidas o profesores.
En algunos casos los bordadores no me conocían y se apoyaron de difefentes recursos como fotografías, videos donde aparece mi persona o por la descripción hablada.
Quienes colaboraron conmigo tuvieron libertad total de intervenir la pieza con otras imágenes de acuerdo a lo que ellos percibían de mi personalidad.
Aspectos como el tono de piel, el color de cabello, alguna seña particular, manchas o lunares sirvió para seleccionar el color, tipo de material y la puntada.
Al iniciar el proyecto me encontré con una serie de dificultades, como bien sabemos la técnica del bordado a sido relacionada exclusivamente al genero femenino, por lo que, al pedirle a muchas mujeres su apoyo estás se negaron a mostrarme su trabajo o enseñarme alguna técnica; fue necesario una intermediaria que pudiera negociar y explicar con algunas personas, el por qué un hombre esta interesado en esta técnica y así convencerlas para bordar un rostro masculino.
Este proyecto fue el parteaguas para interesarme en ciertas labores que se realizan en la comunidad y centró mi intereses en cómo no sólo una técnica, en este caso el bordado, esta construido a partir de un pensamiento machista sino que además la imagen tienen un gran peso moral en la memoria de la población.
TEXTO CURATORIAL
Nos
parecemos solamente a nosotros mismos.
-imágenes afectos de Miguel-
Erase una vez…
¿Dónde está la verdadera imagen de nosotros mismos, si nosotros mismos
no nos vemos? Es como si estuviéramos divididos en dos partes. Ver y no (poder)
verse a sí mismo. Tocar partes de nuestro cuerpo que no podemos ver. Y ver
partes de nuestro cuerpo que no podemos tocar. ¡Ah Narciso querido! Mira: si
pudiéramos ver de nosotros mismos lo que los demás ojos –y tus ojos, claro-
ven, acaso no podríamos dar la vuelta a nosotros mismos con nuestros propios
ojos y ver de nosotros mismos ¡por fin! lo que los demás siempre me ven, o me
han querido ver, según. Como si pudiéramos tocar de nosotros mismos lo que las
demás manos –y las tuyas, claro- tocan de mí. Dime: ¿quién nos habrá querido
así? Me estoy mareando.
Mirase una vez…
Escucha: si el sol ilumina lo que vemos y podemos tocar, también ilumina
lo que no podemos ver o no podemos tocar. Así que, bajo su luz, me hago visible
frente a los demás ojos, bajo su luz mi rostro se define y bajo su luz me voy
pareciendo a mí mismo. Así creo. Su luz está en tus ojos. Los que ya no me ven
después de haberme visto. Los que ya están en la punta de los dedos, en la
punta de la aguja, en este hilo y también en aquel. En el vaivén de la aguja que
toca la tela y de puntada en puntada me traspasa al soporte de mi nueva imagen.
Yo nunca me he podido ver completo. Cuando el sol me toca, me ilumina, pero
también me quema y me deshago. Me pierdo en su luz y ya no me veo. Me disuelvo.
Dime: ¿por qué será? No entiendo.
Fijase una vez…
Ángel (calladito): debe ser así. Diablo (gritando): ¡Claro que no! No
debe ser así, ¡déjalo! Miguel, dime: ¿dónde está tu ideal del yo? ¿Acaso lo
conoces o te quedaste en el sueño del día de tu primera obsesión por fijar una
imagen? A mí me parece que todavía no lo sabes. De desplazamiento en
desplazamiento. De fijación en fijación. De poquito en poquito vas trazando y
marcando el camino de tu figurabilidad de sueño y ensueño, de encuentro y
desencuentro también. Recuerda Miguel: todo se transforma, infinito, bajo
nuestros ojos que no tocan. Y todo se
para, finito, bajo nuestras manos que no ven. ¿Qué tal si nuestros ojos
pudiesen tocar y volverse manos? ¿Qué tal si nuestras manos pudiesen ver y
volverse ojos? ¿Cómo te sentirías tú? ¿Cómo te verías tú?
Laurence
Le Bouhellec
Cholula,
Noviembre 2009.
Miguel Pérez / Puntada de Petatillo / 55 x 70 cm / Bordador Miguel Pérez
Miguel Pérez / Puntada de Canasta / 50 x 70 cm / Bordadora Soledad T.
Miguel Pérez / Punto de cruz / 60 x 80 cm / Bordador Rocio T.
Miguel Pérez / Puntada de Panalillo / 70 x 80 cm / Bordador Claudia Morales.
Miguel Pérez / Puntada de Relleno / 56 x 70 cm / Bordador Carlos Arias 60 x 80
Miguel Pérez / Puntada de Relleno y Panal / 50 x 70 cm / Bordador Araceli Flores Luna
Miguel Pérez / Aplicaciones de lentejuela, chaquira y lentejuela / 60 x 70 cm / Bordadora Soledad Ramos Cabrera
Miguel Pérez / Puntada Aguja Mágica / 56 x 70 cm / Bordadora Mariana Luna
Miguel Pérez / Puntada de Panalillo / 55 x 70 cm / Bordador Rosario Pérez
Montaje Casa del Caballero Aguila